El otro día,
un amigo del «lado oscuro de la galaxia» y buen conocedor del alma humana, me
comentaba que yo era un tipo de «mecha corta»; también me dijo que no viera en
ese comentario ninguna alusión anatómica al respecto, pues comprendió al ver mi
cara que no me sonaba mucho esa expresión.
Me gustó el
término y también rasgo de mi forma de ser, uno es como es y está bien
reconocerse, ¡cómo me
gusta el palíndromo ReconoceR!
Si no saben,
les cuento. Como la imagen que acompaña, comprenderán que uno es de reacción rápida
(por no decir explosiva) en cuando alguien o algo enciende mi «mecha» personal; (no confundir con...)
Y sí, soy de
fácil saltar, de defenderme y encenderme ante la crítica o el comentario … me
falta práctica en el contar hasta diez, y como la mecha es corta, estallo o
exploto con demasiada prontitud.
Pienso a menudo que si alguien me descubre en
ese punto flaco y pisa mi prominente «callo psicológico» que tengo en el meñique
de mi pie … perdería cualquiera que fuera el debate, la conversación pausada y
el argumento se iría al garete.Vamos que no aprobaría el primer curso de «parlamento».
Puede, que
la buena noticia es, que me doy cuenta del ruido y lamento si ha habido ofensa
en esa explosión …incluso ruego al cielo por si puedo, se alargue la mecha, aprenda
a contar hasta 10 15 ó 20 y si siguiera la tozudez, que nunca deje de oír el ruido
que puedo provocar.
Nota adicional. Habrán notado lo de «no confundir
con …». A menudo pienso y expreso que los hombres (si se permite la expresión
varonil) vamos por la vida con la pretensión de querer tenerla más larga (no la
mecha) y eso a diferencia del sexo opuesto nos hace ser menos conciliadores, tener
un enfoque demasiado «torpedo», un espíritu agresivo y poco eficiente a la hora
de exponer nuestras ideas, soluciones o argumentos …
