Blog personal de un tarracofermense

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domingo, 16 de septiembre de 2012

Imperfecciones en la Belleza.



Parece claro que la belleza, o la idea que tenemos de ella responde a unos cánones que previamente se diseñaron y se encuentran recogidos en algún lugar que ahora no sabría recordar.

Pero a mí me da que cuando se nos presenta algo bello no solo lo recogemos con admiración sino que tratamos de adecuarlo a nuestro interior; lo hacemos porque nos sentimos a gusto, nos atrae o incluso puede llegar a enamorarnos. Sin embargo sostengo que en esa interiorización de lo bello puede existir una pequeña lucha interna en la  que intentemos perfeccionar ese objeto, composición o persona que se nos presenta como atractiva.

Pienso que lo hacemos por un cierto inconformismo o por una pequeña ansia de llegar a la perfección. Intentamos adecuar ese detalle insignificante que haría que ese objeto contemplado tuviera del grado de obra perfecta; bien porque nos damos cuenta que hay algo a mejorar, algo que no cuadra o porque pensamos que encajaría de una forma exacta a nuestra idea que tenemos de perfección.

Estoy convencido que algo similar le ocurre al artista antes de completar aquello que luego se ha calificado como obra maestra. Me gusta pensar que el autor durante ese proceso creativo, sea del tipo de expresión que sea,  es consciente de que algo así ocurrirá con su obra en el momento que la exhiba;  incluso él mismo pasa en por ese trance mientras la compone, y en muchas ocasiones le cuesta completarla o dictaminar cual es el final.

A ese fin, lo que hace genial al artista, es que de alguna forma "inserta" en su obra  ese elemento(-s) de aparente “imperfección” para que seamos cada uno de los espectadores que resolvamos a nuestra manera aquello que encaje más con la idea personal que tenemos de “belleza exacta”. Y lo hace innovando, inventando una técnica antes desconocida que le permite transportar aquél detalle(-s) como si trasladara una especie de ecuación de múltiples soluciones que a cada uno de nosotros nos corresponde encontrar. Ecuación que por cierto resulta irresoluble.

Por eso creo que Leonardo aunque todo cuadrara, “esfumateó “  la boca de Mona imposible de descifrar.

Por eso creo que Bach se inventó las “disonancias”  en muchas notas que nuestra personal acústica le cuesta imaginar.

Y por ello las obras maestras,  permanecen. La belleza perfecta, está claro que en este mundo no existe. 






lunes, 10 de septiembre de 2012

Palabras que se me "oxidan".


 





En mi vocabulario interior, aquel que usamos con espontaneidad y utilizamos con cierta soltura, existe alguna que otra palabra -son más bien pocas- de la que desconociendo el motivo, no las he aprehendido como la mayoría de los vocablos que uso.

Puede que cuando llegaron a no sé qué parte de mi cerebro no se asentaran con la suficiente robustez como lo hicieron la mayoría; y quizá por ese motivo cuándo toca utilizarlas provocan en mi un cierto fruncir de ceño o incluso una especie de “traba en la lengua” a la hora de recordarla. No diría que sea un tema fonológico o logopédico (eso es otro cantar) sino que se trata de una pequeña oxidación en la memoria.  Lo llamo así porque por mucho que quiera incrustar esos vocablos de una forma eficiente tengo la intuición que ya no quedarán almacenados en mi “disco duro” como la mayoría de los que uso con la fluidez que tengo (que no es mucha) . Tal vez sea porque no tengo una imagen clara que me identifique el objeto que quiero utilizar.

Entonces, cuando toca el momento de usarlos, y más si la situación requiere cierto desparpajo utilizo extrañas reglas nemotécnicas que curiosamente y dada la situación, ni me funcionan y acaban confundiéndome.  Podría incluso darse la situación de que no solo recorra en mi un pequeño sudor frío en mi frente sino que además se evidencie una cierto sonrojo en mi rostro u otro pequeño síntoma de ansiedad.
Pero a uno le han educado para sobreponerse ante las dificultades, para anteponer la ignorancia a la vergüenza  (o al revés ahora no recuerdo como es) y pedir al interlocutor que le ayude a resolver ese pequeño conflicto lingüístico…  lingüísticamente cerebral. Me sobrepongo a la adversidad y actúo.
Si el interlocutor es ella,  y ella tiene que desempolvar el vocablo perdido de mi desarticulada memoria. …

Directamente le digo:

-Hola buenas…, ando algo confundido y sinceramente creo que es de justicia que *(se) los tire, ¿tendría la amabilidad de indicarme si son los cejos o los tejos?

(Lo suelo preguntar de sopetón, sin venir a cuento y sobre todo, esto es importante, sin contarle a la bella dama que me soluciona el problema del léxico todo lo que les he contado a ustedes anteriormente)

Suele funcionar, y ella sonríe.
Ella sonríe y yo me vuelvo a olvidar de esa palabreja… 


* Nota del Autor. Puede obviarse.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Astérix, acusado por dopaje ...


Un legionario de la II Centuria, XIV Cohorte de los "SPQR" ha denunciado al guerrero conocido por Astérix, de utilizar sustancias dopantes durante las campañas milicianas en las que el ejército romano trataba de conquistar una aldea  al norte de la Galia, lugar que según consta en las crónicas fue irreductible, invencible y por tanto inconquistable por el Imperio Romano.

Lagarteranus, que así se llama el legionario denunciante, acudió las oficinas de la convención  de Ginebra  y   presentó una inusual denuncia, donde documentaba y aportaba pruebas evidentes de que el guerrero mencionado y sus aldeanos vecinos se abastecían de una sustancia conocida como "poción mágica" obteniendo una fuerza descomunal y derrotar a los pobres legionarios romanos.


"Es injusto que tras años de dura instrucción para el combate y una férrea disciplina nuestros intentos de hacer más grande el Imperio no se vean recompensados"  Declaraba el romano de origen hispano a la salida de los juzgados...

Tras el estudio de las pruebas aportadas: una marmita del druida Panomarix que contenía restos del brebaje, y  las crónicas de esas batallas escritas por un tal Goscinny con  ilustraciones  de un tal Uderzo; la corte de Ginebra tuvo motivos para llevar a trámite la denuncia y dictar sentencia inapelable. Cuentan también, que durante las deliberaciones del caso, se evidenció que no solo que los galos hacían trampas en el campo de batalla, sino que el hecho de disponer de esas sustancias podría considerase como muestra indiscutible del uso de armas químicas en situaciones bélicas.

Con todo ello, y para restituir el buen nombre del legionario denunciante y del mismísimo Julio César, Astérix y todos sus compinches han sido declarados culpables y por tanto encarcelados. Con toda seguridad las crónicas anteriormente citadas serán confiscadas, a cualquier ciudadano del Imperio que conserve algún ejemplar se le decomisarán so multa de 1.000.000 de sestercios si no los entrega a la autoridad competente.  La historia se reescribirá de nuevo y el latín será de nuevo obligatorio para todos franceses.

- ¡Por Tutatis que se hará! ...Sentenció el Magistrado.
- ¡Están locos estos romanos! se oyó alguna vez en la sala.




domingo, 2 de septiembre de 2012

Dos caras de Åsa Larsson ...



Ayer sábado por la tarde, a fin de que no se convirtiera en un día “ñoño” decidí darme una tregua (también familiar) y emprendí una curiosa aventura.


Salí de casa a primera hora con mis zapatos de caminar, pantalón corto y demás prendas adhoc…

- “Si sale cara me voy a la estación de autobuses, en caso contrario iré a la de ferrocarril, allí o allá miraré destinos, horarios y volveré a lanzar la moneda que marque mi trayecto…”

Como salió lo que salió, y tenía tiempo disponible decidí que invertiría parte de él en la lectura de un libro de bolsillo durante el trayecto. En una de esas tiendas, de estación repetí la misma jugada, había dos autores que me seducían y el segundo (la segunda) presentaba en esa estantería giratoria un par de novelas. “Si sale cara adquiero el primero, si sale cruz me voy por la autora vikinga –así se auto definió en una entrevista que leí hace poco- y vuelvo a lanzar la moneda que elija  uno de esos dos títulos “

Empecé el viaje y la lectura pero como era hora de siesta varias de mis cabezadas interrumpieron alguna que otra página. Llegué a destino: me gustó pasear por las calles, visitar algún edificio singular y leer detalladamente la información sobre ése o aquel    ¡qué Universidad! , presencié una prueba de Rally para pilotos amateurs, y me entretuve mirando tenderos y anticuarios que exponían sus piezas en la calle.


Tenía la vuelta cerrada con el mismo billete, y tuve que tomar una decisión. Si me quedaba el resto de tarde sentado en una terraza leyendo mi adquisición literaria; o bien aprovechaba mi indumentaria para ejercer de caminante. Pensé en aquello de la velocidad, el espacio y el tiempo y se me ocurrió que podía invertir un par de horas “libres” en adelantar un pueblo al trayecto y allí desplazarme a casa. Así lo hice, sin lanzamiento de moneda y arriesgando a esa ecuación física, pues ni disponía de reloj y no sabía exactamente la distancia que tenía que recorrer. Llegué a destino, bastante cansado pero satisfecho… tengo la lectura bien empezada y parece que tal como empieza ese libro me ha picado la curiosidad.


Por cierto, salió cruz, con lo  que Åsa tendrá que esperar. Sobre “El Mar en llamas” de Vázquez-Figueroa, les comentaré si me ha acabado de gustar.