Miguel Gil Moreno de Mora Macián

Quiero aprovechar la portada del libro "Los Ojos de La Guerra" para hablarles del que fue amigo mío de infancia y adolescencia y que el próximo 24 de Mayo se cumplirán 10 años de su fallecimiento. Al respecto aprovecho para recordar que en su memoria el 24 V 2010 a las 20.15 se celebrará una Misa por el alma de Miguel, en el oratorio Sta. Mª de Bonaigua de Barcelona (cercano a la facultad de derecho de la ciudad).

Los Ojos de La Guerra, relata aspectos de la vida y muerte de Miguel, es un compendio de visiones de periodistas de guerra sobre la vida de Miguel y sobre el periodismo "de Guerra" en general, y constituye un manual propio de la materia en preciadas facultades de Periodismo.

Recuerdo perfectamente el día que murió, como me enteré de la noticia, mi reacción de asombro, tristeza y vivencia personal de los acontecimientos por su fallecimiento. Todo ello , no sólo se marcó mi vida como en la de otros, sino que aún perdura en el recuerdo y quedarán grabados en mi corazón. Aún pienso que aquel día mejor no me tendría que haber levantado, ni enchufar la radio; como para que lo que pasó no hubiera pasado.

Cuando muere un amigo de juventud, es normal que te afecte la noticia, si la forma de que muere es la de un periodista de guerra es propio que la noticia te impacte, y si esa noticia corresponde a un amigo que es Miguel Gil Moreno de Mora Macián, lo normal es que reconozcas como muchos hombres y mujeres de mundo y del mundo añadan a sus "letanías" que no sólo nos quedamos sin un gran Amigo; sino que el mundo se quedó sin una gran persona.

Miguel fue no sólo un buen profesional del periodismo sino que incorporó a la profesión su particular visión humana a parte de otras dimensiones , cautivó a sus compañeros, y se convirtió en el "ojo" y "voz" de los que no podían ser vistos u oídos, porque sus vivencias apenas interesaban o apenas ocupaban los suficientes minutos de telediario para que los televidentes nos dieramos cuenta que en ciertas partes del mundo había sufrimiento, injusticia y dolor. Suyas son imagenes que nos llegaron de los conflictos bélicos en la ex-Yugoslavia, Chechenia y Sierra Leona (lugar donde murió un 24 de Mayo de 2000).

En el link de Fundación Miguel Gil Moreno, se pueden ver aspectos de su vida y obra periodística que merecen ser conocidos.

Parte de la riqueza personal que tengo, es haber coincidido con hombres y mujeres de los que agradezco haber, conocido, convivido y congeniado . Tengo la suerte de saberme amigo de Miguel que descansa en el cementerio de Vimbodí, un pueblo entre Tarragona y Lérida, lugar muy cercano a mí no sólo geográficamente sino que amenudo me pilla de camino. Tengo esa otra suerte, le tengo cerca, le voy a ver de vez en cuando... le dejo una carta, unas fotos de las peques, un paquete de Marlboro... me fumo un pitillo junto a él , le comento la jugada, le cuento mis cosas, y rezo con él y por él. Me siento un afortunado, atesoro a Miguel como un amigo que ha pasado por mí en esta vida; agradezco a Pato, su madre, que lo trajera al mundo, sufriera lo que ha sufrido y nos dejara un poquito de su Miguel.