Antes de tomar asiento, les voy a decir unas cosas. Y como
ustedes entenderán, me hallo en posesión de la verdad; mi última verdad. No las
digo porque ustedes me den el derecho de palabra, sino porque yo me lo otorgo y
comprenderán que les diga esto; porque ustedes, por no decir nadie no son mucho para mí.
No les hablaré ni de los detalles del juicio, los hechos, la
sentencia pues todo ello ya está más que masticado y queda allí. Tampoco voy a
hablarles de clemencias, compasiones, absoluciones de último momento ni nada de
eso; sería literatura barata, comparado con lo que va a ocurrirme en breves
instantes. Ustedes lo verán, serán testigos de ello y aunque me tapen la cara y
los voltios quemen mi cuerpo, no dejaré de ser una anécdota más de este
procedimiento que iniciado entonces, hoy acaba.
Por lo que he visto, he sentido, leído y pasado. Les
felicito, han establecido un reglamento de lo más ordenado, normalizado y
estrictamente perfeccionado. Todo meticulosamente pensado, para no dar margen
de error y que no se escape en tan aséptico proceso ejecutorio ningún ápice
para el afecto; para causar el mejor efecto. Así lo idearon y supongo
que lo hicieron por algo que empiezo a entender ahora que se acerca el gran
momento. Pienso que este perfeccionado invento lo han deshumanizado tanto para que cualquiera que intervenga en el (empezando por el Juez y acabando por el verdugo) puedan sentirse satisfechos de haber cumplido la ley sin dejar espacio ni a la pena ni a la culpa. ¡Genial!
Verán, me hacen gracia ciertas cosas que han pasado en el corredor.
Una de ellas es la profesionalidad como mis guardias me han tratado, ese sumo
respeto de ni mirarme a los ojos no vaya a ser que cayera una mirada compasiva.
Ese encadenarme manos y piernas cuando salía de la celda sin rozarme si quiera,
para que no tuviera contacto alguno con mis semejantes humanos. El detalle de la
última cena, donde como saben recordé los mejores sabores de infancia y me
retorcí por dentro recordando eso y aquello que inevitablemente no puedo
enmendar. Bien, lo han hecho casi perfecto…
Y ya lo último, la última entrevista con un Hombre de Dios
para que salga un ápice de mi arrepentimiento; hasta él parece que está
entrenado (disculpe si le ofendo hombre de Dios) pero también me ha parecido igual de robotizado
como todo el sistema que me ha traído a sentarme por fin.
Yo no voy a engañarles, no los puedo perdonar ni pedirles perdón; pues para eso tendría que después olvidar y por el tiempo que me queda, no me queda ni fe en la humanidad, no sé hacerlo después de lo que he vivido. Pienso en aquello del hombre contra el hombre se hizo mucho tiempo atrás y al parecer aún no hemos caído en esa cuenta. Si acaso me queda alguna creencia me la reservo para ese último momento donde me espera el verdadero Jucio; tal vez Dios me sabrá explicar.
¿Qué que pensaría si me hubieran hecho lo mismo que hice yo?
Ahora me siento. Ustedes verán...
Que pena....de muerte....
ResponderEliminarPor supuesto prima, para mi es la peor ...porque te condenan, y pase lo que pase esa condena ya estaba escrita antes de la sentencia. Un guión ya escrito.
EliminarUn beso prima.
Ahora me obligarás a salvarte en el último momento, como siempre.
ResponderEliminarNunca me avisas con tiempo, tú a tu bola !
Resulta que llevabas una doble vida, y que las veces que me he relacionado contigo, estabas en un permiso carcelario de fin de semana.
Ahora comprendo tu negativa a quedar conmigo entre semana. Sencillamente no podías, o mejor dicho, no te dejaban.
Y ahora a toda prisa, improvisando, he de salvarte la vida.
Sabes que normalmente me hago un lío, pero con las prisas me pillarán fijo, y acabaré contigo en una celda de castigo.
Pero bueno, lo asumo, es mi destino.
...
Sólo tengo que ir a la Central Hidroeléctrica, atravesar los sistemas de seguridad, manipular el sistema informático que controla las compuertas, abrirlas a tope, dejar que el agua corra a tutiplem, provocar una subida de tensión debido al incremento de velocidad de las turbinas, provocar un incremento en el voltaje de las líneas de alta tensión, descuarrenjingar (no mires este verbo en el diccionario, simplemente no existe) el sistema de distribución eléctrica que abastece el penal, y provocar tal colapso que dejen de funcionar la línea principal, la acometida secundaria y el grupo electrógeno de emergencia.
...
Me das mucho trabajo.
Lástima que no seas Ministro de Economía.
Buen golpe hermano; pero en este caso como en otros solo pretendía reflejar que diría si me llevara la corriente...
EliminarUn abrazo hermano.
Qué pediste de última cena?
ResponderEliminarLo fácil hubiera sido unos macarrones como los que hacía mi madre (incluso aprovechar su última visita despedida para que me los preparara) ...pero no podría PrincesaDel, seguro que lo entiendes...
EliminarBonito tu nuevo banner (os felicito a las dos)
Por qué, me pregunto?
ResponderEliminarPues por esto, precisamente.
Por esto me gustas.
Que coño...................
Quizás entienda algo de lo que dices La Garrta .... Y aunque sea en este momento y pueda, me quedo con los puntos suspensivos.
Eliminarbss!!
Me pregunto por qué.
ResponderEliminarPrecisamente por esto, pues.
Me gustas por esto.
Que cojoño.................
Lo mismo que a La Garrta, sr. Eco.Y ya que lo dice, añado que puede que en esos puntos se halle la respuesta: Que sin ser del todo eso, está entre el coño y el cojoño ;)
EliminarSaludos.
Me gusta cómo está escrito. Describes los hechos con tal claridad que creas en el lector la necesidad de seguir la historia, de manera que cuando la terminas, comienzo la catarata de preguntas, evidentemente, sin respuesta.
ResponderEliminarSientas al lector en la sala en la que se va a sentar el condenado y le haces parte de ese público, invisible, de esos espectadores que van a ver cómo se retuerce un hombre y a sentir cómo huele el miedo y la muerte.
Que sepas que me tienes encantada y emocionada a partes iguales.
¡¡bravo Ex!!
Besos (dos, que a ti se te olvidó dejarme uno)
Vaya Marina, no lo había planteado así. Solo se trataba de un alegato contra la Pena de Muerte en general. Y si empieza la catarata de preguntas que sea para ese público que permanece inmóvil y como sediento de una venganza que nunca entenderé.
Eliminar4 Besos !!! :)
Ni mirarte, ni rozarte... no vaya a ser que en el úiltimo momento alguno de ellos se den cuenta de que el hombre no puede-no debe ser justiciero del propio hombre. Y para perdonar se necesita tiempo... y el reo no dispone precisamente de tiempo.
ResponderEliminarY me pregunto... ¿Por qué... por qué has escrito este post Tomae? Escalofriante. Y magnífico a su vez.
Hasta pronto, broder.
El otro día hablaba con Jerónimo de eso del tiempo, y pensaba que aunque quede poco para olvidar puede que con una firme decisión ya baste, y que lo del tiempo que quede sea más o menos simplemente sea una ayuda para luchar con esa decisión y ser consecuente.
EliminarEl por qué? Bueno la verdad del todo ni la sé ni trato de descubrirla. Se algunas cosas, como que era una forma de manifestar una posición sobre un tema. Y que una vez leí en algún sitio que si Nuestro Señor hubiera venido en este tiempo en vez de cruces colgarían en nuestro cuello sillas, o guillotinas si fuera el caso.
Me alegra que te haya gustado. Un besote Sunseta!!!
¿De dónde sacas tanta imaginación? ¿Te sentaste en una silla y te pusiste a pensar? El resultado es bueno, me ha gustado, me ha trasladado al lugar y me ha hecho sentir..... "Estoy viendo...."
ResponderEliminarBienvenido desconocido, No me he sentado en ninguna silla, no fue así. Es el resultado de afrontar varios miedos: La muerte, ese tipo de condenas (sirva cualquier peli de esas para darse cuenta) , la propia electricidad a la que tengo miedo desde niño, y sobre todo el que esté escrito un procedimiento tan cruel y ajeno al afecto para un momento así.
Eliminar...y por supuesto, si Estás viendo, no me mires a mi (ya estoy muerto) mírate si acaso a ti y a los semejantes que están en la sala y piensa o siente de lo que podemos ser capaces.
Gracias por tu visita.