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jueves, 1 de mayo de 2014

Nampster y Eledwyn Moss



Si tuviera que contarles la historia de Nampster y Eledwyn Moss, no sabría si empezar por el principio o por el final. Al fin y al cabo empezó como acabó y nunca sabremos si empezó del todo porque esta vez se trata del cuento de siempre empezar.

Si tuviera que hablarles de Nampster y Eledwyn Moss, no sabría con cuál empezar, tal vez sería más sensato hablar de los dos a la vez que por separado. Como si uno empezara a decir algo y en el intercalado de palabras  cada uno acabara diciendo lo mismo; por eso les dije antes que al final se trata del cuento que acaba como empieza, es decir que nunca empieza donde todos dicen que es el principio, ni tampoco nadie sabe acabar ese final.

A ciencia cierta la historia de Nampster y Eledwyn Moss, no se desarrolla como en todas en el nudo de la historia, pero tampoco estoy convencido si  el desenlace es consecuencia de ese nudo, como si ya todos intuyeran que conociendo el principio de esa historia el final ya se había escrito antes. No, no creo que ese sea el caso.

Me ocurre que tengo muy metidos en la cabeza a Nmpster y a Eledwyn Moss, pero hay veces que no me aclaro quién es cuál. Y ya les aseguro yo que cada uno tiene su personalidad bien definida; porque digo yo que si no fuera así, no se hubieran encontrado los dos y lo que se podría contar ni valdría la pena contarlo, y si acaso tampoco se entendería mucho del todo porque es todo como muy confuso. Pero les aseguro que ser, es.

Si se me ocurriera escribir la historia de ese par de dos _no vaya a repetir sus nombres y los gaste_, acentuaría con cuidado en los verbos: Pues si uso pretéritos, pasó y si uso futuros, parecerán improbables y poco creíbles …
Sin embargo para Nampster y Eledwyn Moss les va más el presente continuo, que aunque cueste creer, ellos saben.


¿La foto? por favor, eso es lo de menos ... Estos editores, hacen lo que sea por publicar. 





4 comentarios:

  1. Complicada la entrada que has publicado, complicada y liosa... pero voy ha hacer un poder: Estos dos individuos tienen un grave problema con el tiempo, y con los tiempos. No se aclaran, ni aclaran su devenir, así que va ha ser un poco dificil escribir sobre ellos, yo no te lo aconsejo, aunque lo hagas en Presente continuo... Mejor dejalos dormir en el limbo de las letras, y que afinin un poco su qué y su porqué.
    La foto si la entiendo: dos saltando en la cama... si mi madre los viera!!!
    Un beso GranT, desde el Sur

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    Respuestas
    1. ...He podido rescatar este comentario caraColes!!! ¿a tu madre no le gustan los gatos?
      dile que el gato no es mio ;)

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  2. Esta madrugada ha ocurrido algo verdaderamente fuera de lo normal.
    La impresión que me ha producido es de tan marcada intensidad que no puedo sino compartirlo contigo, hermano.
    Te supongo conocedor de mi ancestral costumbre de ir de madrugada al aeropuerto de Madrid-Barajas.
    Hay una hora, entre las cinco y las seis de la madrugada, donde los viajes con destino a Sudamérica alzan el vuelo y se pierden en dirección al Océano Atlántico.
    No sé el motivo, pero me llama poderosamente la atención esa hora.
    Mientras la población plancha la oreja, los mecánicos de Aerolíneas Argentinas ultiman los detalles.
    Son detalles muy importantes, pues si fallan pasas a ser la merienda de alguna ballena blanca.
    ...
    El caso es que anoche, por pura casualidad, vi a los dos personajes de tu historia juntos en la zona de embarque.
    Allí estaban, Nampster y Eledwyn Moss en persona.
    Nampster iba con una gran mochila de viaje y un montón de mapas asomando por el bolsillo de su gabardina.
    Eledwyn vestía un simple chandal deportivo y unas gafas de sol oscuras.
    ...
    Anunciaron por los altavoces el embarque en un vuelo transoceánico, y Eledwyn empezó a moverse lentamente hacia la cola de pasajeros.
    Tenía la cara seria, esa cara que se tiene a las cinco de la mañana cuando no te quieres marchar de un continente.
    Eledwyn en cambio, mantenía una cara risueña y fresca, como si todo aquello no tuviera la más mínima de las importancias posibles.
    ...
    La cola se fue extinguiendo y llegado el turno de Nampster , tras abrazar con intensidad a Eledwyn, se perdió en las entrañas de las instalaciones aeroportuarías, con la misma solemnidad con la que los faraones eran enterrados dentro de su pirámide de piedra.
    ...
    Allí se quedó Eledwyn, con su chandal y sus gafas de sol, mirando a través del cristal Parsol de la fachada de la terminal.
    Empezó a amanecer a cámara lenta, que es la forma de amanecer cuando amanece despacio, sin prisas.
    ...
    Recogí mi periódico y me dispuse para regresar a mi hogar, y empezar a preparar los desayunos.
    Una nerviosa voz repitió en inglés a través del sistema de megafonía, el nombre de una persona, una, dos, tres veces.
    Mi fino oído anglosajón fue incapaz de entender el mensaje, una, dos y tres veces.
    ...
    Entonces todo ocurrió muy rápidamente.
    Ví a Eledwyn correr por la terminal a la velocidad de la luz, entrar como una saeta por la gate veintiuna, entregar un billete a la aeromoza, que cómo estaba la aeromoza, y perderse por las entrañas de la pirámide siguiendo la misma ruta que unos minutos antes había trazado Nampster.
    ...
    Me pegué con is narizotas al vidrio azul del hall, y ví el tetra reactor con la bandera argentina acometer la pista de rodadura.
    empezó a rodar con solemnidad.
    Más tarde se echó una carrerilla de calentamiento matutina.
    Al rato giró y se puso en la cabecera de la pista veintiocho, configuración sur.
    Y entonces, empezó el espectáculo.
    ...
    Ciento sesenta toneladas de espectativas se lanzaron a toda velocidad, como si no confiaran en los tres kilómetros y medio que tenía de pista por delante.
    Aquello no había quien lo parara.
    ...
    Llegó a la velocidad de rotación en apenas un kilómetro y medio.
    Luego el comandante dio gas a tope, y todas las consideraciones del mundo se convirtieron de pronto en una simple y potente maniobra de despegue.
    Los alerones dispuestos, la Leyes de Newton en pleno desarrollo y el principio de conservación del momento cinético a tope.
    ...
    Se elevó en dirección oeste.
    Dentro iban Nampster y Eledwyn Moss

    Aquello no había quien lo parara.


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  3. Sí hermano , todas las buenas historias (las que no paran nunca) empiezan en una terminal ...

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Si por algún motivo técnico no pueden publicar comentario, pueden enviarlo a tomaecp@gmail.com y haré lo posible para publicar. Un saludo.