Proteger las Cerdas

Siempre he pensado que se deben proteger las cerdas del cepillo de dientes, para mí  ha sido una cuestión de higiene bucal, por lo  que me podría confesar un aférrimo defensor del capuchón de esos filamentos dentales.

Eso de abandonar, el cepillo al aire, sin su consiguientee "protector", lo encontrado muy poco limpio  e incluso desagradable; es raro, miren que no me considero una persona maníaca en general, pero no puedo con los cepillos cuyas cerdas no están debidamente encapuchadas.

Este hecho me produce, cierta desazón cuando en el ámbito doméstico, me encuentro el "limpiador dental" desprovisto de su correspondiente profiláctico capuchón. Sensación de dejadeza y  falta de pulcritud que también aprecio, si me encuentro en domicilio ajeno, y por las casualidades de acceder al cuarto de baño del amigo, vecino o familiar, descubro cepillos dentales desprotegidos, y con las cerdas al aire.

Es tanto la preocupación que tengo por el tema, que puedo recorrer, farmacias, supermercados, o tiendas de perfumería en el caso que no dispongan de cepillos de dientes con su correspondiente protector de cerdas y necesite comprarlos.Es más, no puedo concebir como las empresas productoras de tan sabio artilugio, no sean capaces de "rematar" la tarea higiénica con una simple tapita, que protega la esencia del elemento limpiador. Tal es el caso que aún me pregunto si debería haber una normativa, que exigiera a tales empresas, cumplir con tal digno precepto.

Los hogares, están expuestos, al polvo, microbios, suciedad atmosférica no controlada, ácaros y otros microorganismos no perceptibles a simple vista; si los hogares corren ese peligro, también lo corren los cuartos de baño de dichos hogares, y por ende si los cuartos de baño corren el peligro de la "suciedad invisible", también son susceptibles de manchar todo aquel cepillo que no tenga sus filamentos debidamente cubiertos.

Perdonen mi extrema opinión al respecto,  y tampoco "tarracoferma"es el lugar para exponer detalles de mis costumbres higiénicas. Aún así estoy convencido que aquellos 9 de cada 10 dentistas que son capaces de recomendar los chicles sin azúcar... estarían de acuerdo conmigo.

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