El otro día, en televisión contaban una de las teorías de cómo se formó la luna. Al parecer
hace millones de años, un cuerpo del tamaño de Marte impactó contra la
Tierra y… bueno, ustedes se pueden imaginar
que si algo del tamaño de Marte impacta en nuestro querido planeta mejor no
estar por allí cerca.
Como eso ocurrió hace millones de
años o hace miles de millones de años (sospecho que muchas veces esos
detalles de magnitudes pasan por alto sin que importe demasiado) afirmaría con toda seguridad que no había ningún ser vivo en nuestro planeta que hubiera podido ser aplastado durante ese descomunal impacto. Y si no había
ningún ser vivo en aquellos días tan impactantes, tengan por seguro que ningún
pariente o conocido de ustedes presenció o vivió tales descomunales acontecimientos.
Dicho sea de paso, si fuera capaz de ver aquel espectáculo, ríanse de las mismas
fallas valencianas, cualquier tsunami que se tercie o de la mismísima caída de
las torres gemelas en ese fatal 11-S (eso ocurrió hace apenas 10 años)
Les cuento esto, porque cuando presenciamos este tipo de noticias junto a mis hijas, las pequeñas nos asaltan con todo tipo de preguntas al respecto de lo que ven en televisión – perdonen, este post no va de tele sí, tele no - .
El caso es que me preguntaban, a
la vista del fenómeno lunar, si había alguien en esos momentos… insistían en
preguntas sobre la posibilidad de que algún terrícola hubiera estado presente
(llegaron a preguntarme por Adán y Eva , y sí éstos fueron creados antes o después de los planetas) Supongo
que lo hacían por un natural instinto de conservación; les asaltaba el temor de
que alguien conocido pudiera ser aplastado por ese mega-meteorito, que las
casas de algún vecino acabaran en ruinas o que un fenómeno similar pudiera acabar
con todo cualquier día de éstos.
Es habitual que cuando mis hijas "presencian" alguna noticia del tipo tragedia me pregunten si en tal localidad donde ocurre
el proceso tenemos algún pariente, amigo o conocido. Como padre, y supongo que lo hago por un instinto de protección, trato de apaciguar su intranquilidad con todo
tipo de explicaciones centrando la noticia en su justo lugar y en el momento de los hechos... Pero no pierdo la oportunidad de explicarles las cosas tal cual son acercándoles al lugar que ocurren, aunque sea utilizando un mapa. Siento la responsabilidad de que aunque sean pequeñas no he de eludir la realidad tal cual es, evidentemente no la voy a "encrudecer" puesto que sus estómagos son eso, sus estómagos...
No creo que mis chicas me pidan algún día que les compre la Luna, intento por todos los medios educarlas al estilo "La Tierra" versus metodologías "satélites" que puedan aparecer de aquí o de allá, yo les doy explicaciones a mi manera y de momento el asunto funciona; y si fuera el caso, que la luna u otro satélite vaya a caer sobre nuestras cabezas espero "estar" allí para "digerirlo" con ellas.