Nota: No vean en la
viñeta el tema de este post, pues fue la primera que encontré por internet.
Algo me pasa con Mafalda.
Sin haber sido un fan de
M y sus amigos, siempre la había considerado como una niña perpicaz,
inteligente, sagaz y muy divertida; puntillosa también.
De todas formas
últimamente cuando me la encuentro en la red e incluso en el blog de alguno de
ustedes, he notado un cambio en la percepción que tengo de esa niña. Supongo
que esto es una obviedad, pues si la niña no ha cambiado en el tiempo, formas y
maneras, el que ha cambiado habré sido yo. Seguro que esas cosas de la
percepción cambian con la edad (otra obviedad) De todas formas supongo que la
visión que tengo sobre Mafalda es por condición de padre, y en concreto como
padre de dos niñas, dos niñas que están o han estado en la edad de M ¿alguien
sabe cuál es su apellido?
Y en ese sentido es como
me miro a esa niñata; si niñata, ahora la miro como una niñata, e incluso como
una niñata malcriada. Quizá esa visión que tengo la tengo por padre y como
actitud defensiva ante mis hijas por si acaso se me vuelven un poco Mafaldas.
De todas formas pienso que algo pasó en la primera infancia de esa chiquilla,
para que se volviera tan respondona y sabionda. Para mí la evolución de ese
pequeño monstruito viene alimentada en primer por la actitud de sus padres y en segundo
lugar por el sistema educativo y social de Argentina (de donde es la protagonista) Y como no, hay más de una vez que me salen ganas de ponerle puntitos sobre las "íes" a esa mocosita.
Sobre sus padres opino que en algún momento tiraron la toalla cuando su hija empezó a hablar y a decir de las suyas, diría que fueron incluso permisivos a la hora de darle de comer, ya saben “esto no lo quiero” “esto no me gusta” y en el momento de las primeras palabras, puede que después, nunca tuvieron una actitud valiente y de decirle ¡Quién manda aquí! Pienso en ellos y veo al padre sentado en su sofá leyendo el periódico (seguro que es deportivo) y a su madre haciendo de sus quehaceres domésticos. Para mí que se olvidaron que una vez también fueron niños.
Sobre el sistema
educativo y social de Argentina que acompañó a Mafaldita a ser toda la Mafaldita
que es, pienso que le quedó demasiado pequeño para lo
sabionda que es.
De todas formas veo que
Quino ha hecho en las historias de Mafalda un buen toque para padres y madres
amén de un buen “discurso” para los que están por la educación y cuidado de los
niños, niños y niñatos.