Blog personal de un tarracofermense

Buscar este blog

viernes, 30 de mayo de 2014

Ortopantomografía personal ..





Me cuesta horrores pronunciar eso de ortopantomografía, así que tengo que decirlo a trocitos: or-to-pan-to…   mo –gra- fí- a ;  o digo “ortopanto”  a secas y yo ya me entiendo.

Todo esto viene, porque recuerdo la primera vez que mi amigo y dentista  JM me hizo una foto de esas.
Y pensé entonces que si me fotografiaba mí lado más maxilofacial que tengo, podría quedar no solo inmortalizado para la posteridad sino que también sería prueba gráfica para una supuesta identificación en caso de fatal accidente aéreo.

De hecho JM  (Pueden visitar conocer su clínica en este enlace y me hará un suculento descuento) me comentó una vez que existía la especialidad de odontología forense para ese tipo de pesquisas de identificación. Esto me lo comentaba un día que me puso una funda en una de esas muelas que por el uso y disfrute se parten; así que pensé que sería una buena idea que me la tatuara –para más detalles pueden enviarme un privado- y de alguna forma quedaría “doblemente” inmortalizado.
Disculpen si ven una cierta “escabrosidad” en esta entrada. No se trataba de eso. Además yo cuando voy  ver a mi amigo dentista lo paso bastante bien; cuando le hablo (aunque sea con la boca abierta) creo que me entiende y reímos un buen rato.

JM tiene varias salas de consulta en su clínica y mientras me chuta con esa anestesia antes de limar, perforar, empastar, embellecer… me paso un rato en esa tumbona y juego un poco con los botoncitos de (arriba abajo, adelante atrás) mientras atiende algún que otro asunto; de todas formas creo sinceramente que a esas tumbonas les falta algo de velocidad “de vuelo”. Alguna que otra vez, si el trabajo de perforación –ese ruidito del taladrillo me pone algo inquieto- se hace largo soy capaz de pegarme una buena siesta.

Ahora que escribo esta entrada, he recordado a mi mamá (mamá te quiero mucho) porque cuando entraba una novia en casa… me decía que se fijaba en sus dientes. ¡oiga! ahora no se crean que mi madre es tratante de potrancas ¡por favor! De todas formas mientras escribo esta entrada recuerdo también como a mi madre le da el miedo que le da volar en avión ¿Será por una cuestión dental?  No lo sé, lo único que sé que al final de nuestras vidas y caretos todos sonreímos igual.

Entrada dedicada a mis abuelitas Carmen y Pepita que fallecieron hace mucho tiempo:










miércoles, 7 de mayo de 2014

Si ves un tiburón ¡luchaaaaa! ...



En el colegio teníamos un profesor americano que decía “si ves un tiburón, ¡luchaaaa! no huyas”. Al decirlo alargaba la “a” pues formaba tanto del énfasis como del acento americano que tenía. Bueno, la verdad es que yo no se lo oí decir nunca, pero como si lo oyera. Y lo sé porque de curso a curso siempre había alguno que lo imitaba, y ese lema siempre quedó.

Míster. C.  no solo era americano, sino que además de tener un  marcado acento americano (perfectamente imitable)  era Marine, marine de los US Marine. Además tenía una fuerza descomunal en los brazos, pues era capaz de coger un alumno del cuello y levantarlo un metro del suelo –nunca lo hizo- pero era capaz; vamos, que se hacía respetar.

Ese lema, que tal vez sea un bulo o lo tuviera de “oídas” -yo sé que es cierto- ha venido a mi mente muchos momentos en mi vida; sobre todo cuando me baño en las cálidas aguas mediterráneas de mi querida Playa Larga. Siempre pensé que si apareciera el escuálido cabrón, que me quisiera dar un mordisco en los huevos, le daría un puñetazo (no en los morros) que lo dejaría atontao. Aunque, y tal vez viendo las secuencias de esas pelis con título “Tiburón” I, II, III… siempre me he fijado que los mamíferos esos tienen los ojos al lado y no pueden verte de frente, con lo que con un simple amago si le muerdes un ojo a uno de esos, estoy convencido que los dejas K.O.

Estas, cosas siempre le quedan a uno, y de alguna forma le ponen de alerta aunque sea tomando una sopa de esas de “aleta” que nunca he probado; de todas formas esos restaurantes chinos donde las ofrecen, últimamente no me ofrecen mucha credibilidad. Si voy a uno acabo con los rollos, el arroz y bambú.

Me encontré a Mr. C cuando hacía la mili, yo estaba “a patrullando” por la ciudad ya que era cabo de la P.M, lucía mis galones de cabo de la P.M, un silbato, una porra y una metralleta. Él se alegró mucho de verme y fue la primera vez que me confirmó que había sido un U.S Marine.

Una noche de esas que me quedé hasta las tantas, radiaban un especial de Casablanca (la película) y reproducían en original diálogos de sus protagonistas, lo grabé en una cinta casete y le pedí si podíamos hacer un “listening comprehension” con ese material,  él accedió encantado. Siempre he agradecido esa petición.


MR. C nos enseñaba inglés  (con acento americano)  en un colegio católico. Nunca he visto más respeto por el rito romano en un cristiano protestante como él. Sin duda magnífico profesor y gran persona que muchas veces recuerdo…hayan tiburones o no.



jueves, 1 de mayo de 2014

Nampster y Eledwyn Moss



Si tuviera que contarles la historia de Nampster y Eledwyn Moss, no sabría si empezar por el principio o por el final. Al fin y al cabo empezó como acabó y nunca sabremos si empezó del todo porque esta vez se trata del cuento de siempre empezar.

Si tuviera que hablarles de Nampster y Eledwyn Moss, no sabría con cuál empezar, tal vez sería más sensato hablar de los dos a la vez que por separado. Como si uno empezara a decir algo y en el intercalado de palabras  cada uno acabara diciendo lo mismo; por eso les dije antes que al final se trata del cuento que acaba como empieza, es decir que nunca empieza donde todos dicen que es el principio, ni tampoco nadie sabe acabar ese final.

A ciencia cierta la historia de Nampster y Eledwyn Moss, no se desarrolla como en todas en el nudo de la historia, pero tampoco estoy convencido si  el desenlace es consecuencia de ese nudo, como si ya todos intuyeran que conociendo el principio de esa historia el final ya se había escrito antes. No, no creo que ese sea el caso.

Me ocurre que tengo muy metidos en la cabeza a Nmpster y a Eledwyn Moss, pero hay veces que no me aclaro quién es cuál. Y ya les aseguro yo que cada uno tiene su personalidad bien definida; porque digo yo que si no fuera así, no se hubieran encontrado los dos y lo que se podría contar ni valdría la pena contarlo, y si acaso tampoco se entendería mucho del todo porque es todo como muy confuso. Pero les aseguro que ser, es.

Si se me ocurriera escribir la historia de ese par de dos _no vaya a repetir sus nombres y los gaste_, acentuaría con cuidado en los verbos: Pues si uso pretéritos, pasó y si uso futuros, parecerán improbables y poco creíbles …
Sin embargo para Nampster y Eledwyn Moss les va más el presente continuo, que aunque cueste creer, ellos saben.


¿La foto? por favor, eso es lo de menos ... Estos editores, hacen lo que sea por publicar.