Estrenamos año y todos estamos a las expectativas de que lo
peor del 2020 lo subsane este 2021 en forma de vacunación general para terminar
con la pandemia de la Covid 19.
Por lo que leo, oigo y veo parece que la velocidad con que
la población puede estar doblemente vacunada, depende entre otros elementos
logísticos con la cantidad y disponibilidad de sanitarios facultados para tan «salvífica
y punzante» tarea; trabajo que en la actualidad acometen profesionales de
medicina y enfermería que nos ofrece la sanidad pública… (¿la privada?)
Dicho esto, estoy convencido que sería útil la colaboración
de otros profesionales -colegiados y competentes donde los haya- para alcanzar
cuanto antes aquello que llaman la inmunidad de rebaño.
Y, si vacuna viene de vaca, y rebaño de oveja … en ambos
casos, blanco y en botella … ¡la leche! ¡veterinarios y veterinarias! Facultativos
que, tal como me cuenta mi amigo veterinario Albert F. no solo son
capaces de vacunar a cientos de cerdos por hora, sino que con su experiencia y
pericia pueden inyectar desde la más dura piel de un cocodrilo hasta la más
fina dermis de un lindo gatito...
Vacunas, vacunos ... dentistos, odontólogas...