El otro día en el blog de (*) Leles, publicaba un maravilloso
microrelato de 50, que (creo me permite)
les transcribo:
"Yo quise vivir a todo trapo, tener un avión y manejar un barco, pero no salí de pobre, de barrer aceras, de mirar caras tristes y mujeres cabareteras…
Y ahora que soy viejo, no quiero ni oro ni joyas, tan solo quiero quererte y que me quieras a solas. "
A parte que me pareció fantástico y una estupenda
declaración de amor, me llamó la atención
(como verán he aprovechado para negritar) eso del avión...
Yo recuerdo desde muy pequeño cuando mi madre me contestaba
–replicaba:
-¡Y yo quiero un avión!
Normalmente me lo decía si yo previamente le había pedido
insistentemente aquel capricho, aquella demanda improcedente o imposible…
Me costó entender esa respuesta: Primero porque a mi
madre le hubiera gustado viajar más a menudo pero tiene miedo a volar. Por otra parte, yo pensaba que si ella quería un avión solo tenía que ir
a una tienda y comprárselo, así de sencillo, pero también me costaba imaginar
que hubieran comercios allí donde vivíamos donde se pudieran adquirir ese tipo
de aeroplanos tal como si fueran golosinas, unas zapatillas deportivas o las
entradas de un concierto… Y desde luego, no entendía porque decía eso porque no
me la imaginaba nunca como presidenta de una compañía aérea.
Lo curioso del asunto, es que cuando una de mis hijas me
piden un “imposible” ¡yo les respondo
casi igual! Como reproduciendo en segunda generación esa expresión que creo que
ha sido muy utilizada bien como “recurso educativo” o técnica de escapismo. De todas formas, para no ser repetitivo con
mis hijas, yo les digo “(Si … ) y yo quiero un avión”, quizá
para darles la oportunidad de réplica o bien para que no hacerles pasar por
aquella situación mía de incomprensión, realizo esa pausa recordando a
mi madre en aquellos momentos que creo que ahora alcanzo a comprender.
Pienso en ello y se me ocurre que dirían nuestros bisabuelos
a nuestros abuelos en esa situación, ¡igual querrían un barco o una locomotora!
Llego incluso a imaginarme que se dirá si el asunto del avión, llega a ser un
bien tan asequible como un par de zapatos y la ciencia avance con otro tipo de
aparatos…
¿un transportador de moléculas, tal vez?
¿un transportador de moléculas, tal vez?