Blog personal de un tarracofermense

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jueves, 24 de diciembre de 2020

La caja de cerillas ...

 


La Navidad cabe en una caja de cerillas…

Ayer le decía a un buen amigo, que yo era de esos de los que creo y quiero que la Navidad me envíe es destello que me haga sonreír, volver la mirada a la infancia y disfrutar al Niño como un infante más… No, no es un rayo catódico o atómico, ni cataclismo ni fuegos artificiales lo que quiero; es un «aquello» del que luego no pueda decir que la Navidad me ha pasado de largo un año más y yo ni estaba preparado o no me había enterado.

Eso era ayer …Hoy ha entrado alguien en la oficina, un hombre entregado a Dios, que simplemente me ha dicho que venía a felicitarme. Y me ha encantado que viniera y que me llamara por el nombre. Con ese hombre siempre hablamos de cosas de… de… ¿el más allá?

– Sonrío y me quita la palabra de la boca diciendo La Navidad está dentro del corazón; y no, no en una válvula, o en un ventrículo, ni tampoco cerca de la punta del esternón (como me hablaba mi amigo de ayer que antes les comentaba) … cada uno de ustedes tiene su propio corazón y ya sabe. ¿Lo sabes? ¿no?

Quién ha venido hoy me lo ha demostrado con una simple caja de cerillas, una caja de cerillas, pero sin cerillas. Y les aseguro que la caja es pequeña, pequeña, pues como ven en la foto (mis ideas de bombero para que comparen lo pequeño que es su contenido) …vamos una caja del tamaño similar a par de monedas de cinco y diez céntimos …

Un buen amigo ayer, ese hombre que ha venido hoy … y un niño pequeño que apenas se ve, dentro de lo que algún día fuera el contenido de unos cuantos fósforos, ha asomado su cabecita y mientras escribo con y para Él, he notado ese guiño.

 

Feliz Navidad tengan ustedes, que el Niño de hoy y Hombre para todos, les acaricie las fiestas con una mueca, una sonrisa o un guiño…

 

Abro esa caja y no me hacen falta, ni rayos ni truenos ni fuegos de artificio.

Navidad 2020, tomae 

sábado, 12 de diciembre de 2020

Democracia a la americana ...


 

Al margen de los coletazos y demandas de «tongo y lirondo» que pueda haber tras las elecciones presidenciales “Made in USA” donde burros y elefantes se han disputado urnas, votos por correo, escrutinios a plazos desiguales … respecto a nuestro panorama político, el americano presenta unas singularidades que me gustaría comentarles:

Allí los azules, los burros, son los demócratas y éstos pueden asemejarse a los que aquí serían los progresistas, de ala izquierda, pero con el rojo como color. Y para colores, los rojos de allá, los elefantes son los republicanos, éstos son más bien de derechas y si buscamos su símil a nuestro espectro político español (y los bandos de la pasada Guerra Civil española) … se asemejan a los partidos del ala derecha ideológica y si quieren con más simpatía con la causa monárquica por mucho que a nuestro emérito se le recuerde como el rey cazador de elefantes y nuestro «bando» de derechas tenga poco de republicano.

Dicho lo anterior quiero significarles un hecho que me parece del todo «democrático», y es, que siempre, siempre y cada cuatro años esas elecciones se celebrarán llueva, nieve o «pandemie», ese primer martes después del primer lunes de noviembre; día prefijado desde antaño. Fecha inexorable al calendario, al oportunismo político o a la menos democrática voluntad arbitraria que le convenga a nuestro presidente de turno (gobierno central o autonómico) sea éste del color o ala ideológica que sea, tal como ocurre aquí.

No sé si ustedes, pero a mí que al que dicen que es el hombre _mujer, si alguna vez es elegida_ , más poderoso del mundo, no pueda tener la capacidad de elegir (a su antojo, oportunismo o interés) el que puede ser día o fecha electoral de rubricar su mandato… si no es más democrático, sí que es una auténtica norma de sometimiento a lo que un día se acordó como voluntad del pueblo americano.

Dios bendiga América, como suelen decir todos, sean del color que sean… y que Su bendición, también cruce el «charco».