Blog personal de un tarracofermense

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sábado, 27 de febrero de 2016

Realidad y Ficción.





 Si yo les contara, y es porque lo he leído por allí, que la caída de una pluma sobre una enorme cama elástica provoca en ésta una deformación imperceptible; o si yo les contara, y es porque lo he oído por allí, que el impacto de un mosquito que ameriza en altamar un día de tormenta puede ocasionar “milimétricas” vibraciones el puente de mando de un trasatlántico que navega por la zona…  pensarán que les estoy contando verdaderas insignificancias.

Pues al parecer, y aunque en ambos casos las comparaciones resulten odiosas, esos fenómenos descritos, se han utilizado para explicar la reciente medición de las Ondas Gravitacionales. Pueden pasarse por este artículo si no saben a lo que me refiero.

El hecho, mucho más que imperceptible me ha hecho pensar en la grandeza de las cosas pequeñas, y más cuando éstas o aquellas explican una gran realidad. Y como se trata de insignificancias nada perceptibles por cualquiera de nuestros sentidos, he caído en la tentación de pensar que esa minúscula realidad explica (supera) con creces el conocimiento de lo que podría ser algo tan grande como origen del universo. 

Realidad insignificante frente a la Gran Realidad con MAYUSCULAS, realidad incomprensible o imperceptible frente a la realidad que se escapa al conocimiento del común de los mortales (Al menos que no seas Einstein o el próximo premio Nobel de Física)

No, no creo, y la comunidad científica me apoyaría, que estemos hablando de ficción, pero mira por donde cuando hay tanto desconocimiento en una materia (o conocimiento en mentes de unos pocos) la ficción merodea por allí con intención de competir con la realidad por muy insignificante que resulte ésta. Será que la ficción goza de un poder que no necesita aparatos de medición y por ello conforma nuestras mentes limitadas.


sábado, 20 de febrero de 2016

Ese gusanillo ...



Últimamente, y diría que hace unos meses, noto como un pequeño gusanillo en mi interior que me sirve de acicate para levantarme, moverme, andar y trabajar.

Por un momento pensé que se trata del típico gusano que hay dentro de una manzana a la que mordisqueas con cuidado y no hallarlo… aunque ha sido un pensamiento leve, no creo que en mí merodee ese tipo de gusano que sería desagradable encontrar. No, no se trata de eso, si acaso es gusano, éste no tiene ninguna pinta desagradable; más bien se trata de alguien o algo juguetón a ratos y en otros algo que quieres vencer.

Posiblemente y ya que les hablo de manzana y comer, se trate de la guinda del pastel, que, aunque no te la acabes comiendo sabes que está allí y vas tomando bocados de ese postre porque la guinda te lo manda, aunque no vayas a acabar con ella.

Puede incluso que se parezca (un leve semblante) a lo que conocemos como conciencia, más que nada porque revolotea en el interior; pero tampoco se trata de ello, es luz interior sin que te indique dirección de lo malo y lo bueno, simplemente luz que te guía a hacer y poner el verbo en acción.

También puedo reconocer que “sujeto” (antes llamado gusanillo, o guinda, o luz) me genera una pequeña angustia, es como una especie de cuenta atrás que me avisa que tengo que acabar ésta u otra actividad antes de que sufra una especie de explosión; y aunque les aseguro que no oigo ningún tic-tac que suene dentro mío, el tener esa sensación me apresura con no solo con la actividad que estoy realizando sino como alerta a la (s) que tengo que realizar posteriormente.


Es como un motorcillo, que me mantiene vivo y que la única forma de apagar es realizar actividad tras otra, motorcillo que hay veces que molesta por el ruido y que deseas que acabe, si el día es productivo, su silencio suena a música celestial o a nana que acompaña un buen sueño, un descanso merecido tras una sucesión de tareas que día tras día se repite y muchos le llamamos jornada laboral.

* canción para dormir soñar:


sábado, 13 de febrero de 2016

Sin rumbo.



Llueve sobre mojado
Y tú no has estado
Agua se ha derramado
Mojando espalda y costado
Aun cuan pequeño es  rocío
Como Lluvia que no moja
Forja y no cesa un vacío
Que rostro todavía sonroja
….
Golpes con nombre callado
Manto gris he abrigado
Refugio de corazón esponjado
Largo calor no apagado
….
Sombrío charco ha quedado
Gotas que no cesan
Caen y esculpen la herida
,bañada en sangre,




domingo, 7 de febrero de 2016

Etiquetas.



 A propósito del racismo, estuvimos viendo con unos amigos ¡Dios Mío que he hecho yo para merecer esto!, tuvimos una conversación ante el fenómeno racista y la actitud que podríamos mostrar al respecto del tema. 

Mi teoría está, en que previo a esa actitud frente a las diferencias raciales, los humanos realizamos de forma inconsciente (y puede que de una forma instintiva) un etiquetaje al respecto de cualquier tipo de realidad, y por ende lo hacemos ante personas o colectivos de otras razas, cultura, religión …

Sobre esta idea sostengo que lo hacemos porque la realidad siempre es compleja y para conocerla de forma inmediata nuestra mente recurre a ese “natural” proceso;  por ello, cuando lo hacemos nos perdemos la oportunidad de conocer la verdadera idiosincrasia del elemento que simplificamos en una “cartulina”, cliché, o resumen.

Sostengo esta teoría, y al mismo tiempo considero aséptico realizar este procedimiento; y aunque el “etiquetar” nos pueda desdibujar la realidad exacta, no creo que nos tengamos de avergonzar de que nuestra mente funcione de esa manera.

Etiquetar no deja de ser una forma de reconocer la realidad de una forma inmediata, simple y selectiva; y aunque pueda resultar una actitud que nos lleva al prejuicio, posteriormente a ese mecanismo mental siempre tenemos oportunidad de corregir la forma, color, o tamaño que ponemos a cada una de esas target-as”.


En el ámbito de la publicidad, el anglicismo target, se utiliza como sinónimos para designar al destinatario ideal de una determinada campaña, producto o servicio.