¡Buenas Noches!
Desde hace una temporada y sin gato, vengo durmiendo con
antifaz en mi rostro. Todo comenzó motivado por que la inquilina que se acuesta
conmigo, desde siempre tiene "instalada" en su lado de la cama su
sección de lectura y luz, luz que aparte de alumbrar el libro objeto de su
habitual afición, invade mi "espacio lumínico" con el correspondiente
haz que dificulta mi merecido descanso.
Sí, personalmente la luz me dificulta el sueño en todas sus
fases, no así el pinganillo que cuelga y cuando quiere se descuelga de mi oreja
y mientras está en mi pabellón viene acompañándome con el programa de radio de
turno hasta que Morfeo cumple su misión de abrazarme.
Cuando vi a Audrey en "Desayuno con ..." durmiendo
con este artilugio pensé que lo hacía por un gesto de sofisticación, de
necesidad tras una alocada noche de juerga, o para asegurarse un despertar sin
ninguna interferencia... De hecho, en mi anterior casa familiar, mi madre (Hola
Mami) es una habitual usuaria del antifaz, sin abordar la cuestión con ella siempre
he pensado que lo hace por el efecto de aislamiento que ya por experiencia, les
digo que provoca el antifaz.
Y sí, dormir con antifaz, provoca un efecto de aislamiento
del todo recomendable para la práctica del sueño, yo ya no me preocupo de luces
encendidas, lecturas noctámbulas de mi pareja o persianas "herméticamente
bajadas", incluso me puedo olvidar de cerrar mis propias pestañas para
dormir ... La verdad es que estoy satisfecho con este hábito. También he
pensado en el efecto psicológico que provoca el ponerse este artilugio, pues a
veces funciona como un perfecto somnífero, el tacto suave y sedoso que la pieza
provoca en la parte superior de mi hermosa cara es agradable y acaricia de
alguna forma mi sueño. Puede y lo he pensado, que exista un peligro de
dependencia, no sufran, en alguna ocasión de olvido o descuido también he
podido dormir.
Se pueden encontrar de todas formas y colores, además son portátiles: caben en un bolsillo, neceser, o bolsa de viaje
sin ocupar espacio. El otro día, por motivos navideños,
tenía una comida en la zona político-familiar (ya me entienden) y pude llevarme
el objeto discretamente por si acaso hubiera conflicto de intereses a fin de buscar refugio en una zona neutral por aquello de la siesta y
digestión...
Ahora uso un antifaz de esos que proporcionan las simpáticas
azafatas de la Renfe cuando realizas un viaje "transkilométrico" me
va bien, aunque con el uso y disfrute que le doy está algo gastado. Anduve el otro día buscando uno
de repuesto pero no lo hallé; en alguna tienda había, pero estaban precintados y no
los podía probar para experimentar el efecto "suavidad" que antes
comentaba. Sí, si estas cosas se han de probar, yo y mi mujer antes de tomar
decisiones de compra de sofás o camas, realizamos la prueba del estiramiento en
el mueble (no mucho rato) para cercioramos de que su efectividad.
Sigo buscando, pensé incluso en esas típicas tiendas de la cadena "sex-sop" (me parece que se llama así) por aquello de los juegos nocturnos, incluso me imaginé aquello de la "gallinita ciega y si das tres vueltas me encontrarás" ... pero si quiero encontrar gatos, gallinas o pareja de baile en mi cama, les aseguro que cual Guerrero Del ...que las encuentro con antifaz o sin.
Sigo buscando, pensé incluso en esas típicas tiendas de la cadena "sex-sop" (me parece que se llama así) por aquello de los juegos nocturnos, incluso me imaginé aquello de la "gallinita ciega y si das tres vueltas me encontrarás" ... pero si quiero encontrar gatos, gallinas o pareja de baile en mi cama, les aseguro que cual Guerrero Del ...que las encuentro con antifaz o sin.
PD. Puede que sospechen que al rimo que llevo de escritura,
ésta sea mi última entrada del año, lo más probable es que así sea; aprovecho para felicitarles las fiestas y
expresar mis mejores deseos a todos para el año 2018.
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