Dicen que la relación de años de vida
perro/hombre es de uno a siete, es decir que cuando un pastor alemán alcanza
los 10 años de edad es como si un humano tuviera setenta. También dicen que el
mejor amigo del hombre es el perro, es decir que entre canes y humanos existe
una relación de amistad/lealtad que se explica más por las características de
fidelidad que tienen los perros sobre los hombres que no al revés.
No tengo perro, ni ninguna mascota en casa
sobre la que pueda entablar una relación de años vida o de leal compañía. Sé
que soy propietario de un blog que hoy
cumple seis años de vida y ello (por la lealtad que nos tenemos mutua) me
lleva a pensar si la edad virtual que he cumplido tiene alguna relación con mi
evolución biológica medida en años hombre.
En realidad, creo que esta vida virtual poco
se parece a la real, porque los acontecimientos de la primera infancia
(virtual) se desarrollaron de una forma más acelerada al inicio de ésta, que no
cuando (al menos en mi caso) llevo 6 años de vida. Puedo afirmarles que el
asombro de las primeras entradas del blog (y con ello los comentarios) distan
en emoción de los que puedo sentir ahora.
¿Se puede hablar de una cierta madurez
virtual? ¿Y de la vida del blog? Seguro que la mayoría de ustedes, más si son
blogueros, pueden responder a estas preguntas; sobre todo si tenemos en
consideración que los blogs, aparte de bitácoras para escribientes no dejan de
ser una suerte de red social más.
Poco más que decir, se me ocurre mencionarles
una serie que ven mis hijas que se llama “mi perro tiene un blog” dónde el
protagonista (perro) tiene la facultad de hablar, seguro que ese perro bloguero
nos daría una compañía singular.
En fin, como este es un espacio de silencios,
que calle el hombre y ladre el perro.