No sé si les he manifestado alguna vez mi opinión al
respecto, y cuando digo esto no piensen en algún comentario que haya realizado
previamente por aquí o bien en alguno de sus blogs. Simplemente que quiero dar
mi opinión sin más premisa que ésta.
Y al respecto de ella, les diré que pienso que me muestro algo
precavido a la hora de darla, que no me muestro muy convencido porque temo
llevarles la contraria, vamos, que noto que hay veces que me falta decisión.
De todas formas tengo como determinación ajustarme más a lo
que pienso/creo y no andar dando brincos ni ideas sesgadas por un parecer
pasajero. Afirmo que mi opinión es lo que cuenta y no quiero dar mi
brazo a torcer. Es decir que le voy a dar un valor personal e intransferible y
estoy dispuesto a argumentar a quien me contradiga.
Siempre he pensado que el formulismo de “respeto tu opinión
pero no la comparto”, o bien era un formulismo o bien no lo había entendido; si
acaso hablamos de respeto no pretendo que respeten lo opinable sino que me
respeten a mi como persona.
Lo opinable, es eso, opinable y como tal, es voluble de manifestarse
de una deformación en la información previa que ha sido aprendida para
formularla.
A partir de ahora, sin necesidad de justificaciones
innecesarias, datos que no vienen a cuento o demostraciones que no es preciso
que entiendan; manifestaré mi opinión fruto de una sabiduría (la mía) y la
experiencia (también la mía, que no es otra). Añadiré a todo ello algunas
verdades que creo inmutables y no por ello, les pediré que crean en ellas, sino
que éstas y los otros factores antes mencionados formarán parte del trinomio
para expresarme.
Claro está, que la expresión que utilice, será signo de lo
bien fundamentada o enarbolada que estén mis ideas; aun así intentaré que éstas
no desfallezcan por una mala interpretación de lo expuesto o por una
incorrección en mi forma de escribirlo. Soy consciente de mis limitaciones del
mismo modo que ustedes tienen las suyas, y no por ello habré tomado la iniciativa
de defender lo que pienso (o creo) y ya con ello le doy valor en sí.
Tienen ustedes mi permiso, por supuesto para rebatir, pedir aclaraciones,
discutir, refutar, contradecir y todos los desacuerdos que quieran exponer…de
todas formas mi opinión al respecto siempre será la que yo tenga en cuenta.
De momento, nada más que decir.