A propósito del racismo, estuvimos viendo con
unos amigos ¡Dios Mío que he hecho yo para merecer esto!, tuvimos una
conversación ante el fenómeno racista y la actitud que podríamos mostrar al
respecto del tema.
Mi teoría está, en que previo a esa actitud
frente a las diferencias raciales, los humanos realizamos de forma inconsciente
(y puede que de una forma instintiva) un etiquetaje al respecto de cualquier
tipo de realidad, y por ende lo hacemos ante personas o colectivos de otras
razas, cultura, religión …
Sobre esta idea sostengo que lo hacemos porque
la realidad siempre es compleja y para conocerla de forma inmediata nuestra
mente recurre a ese “natural” proceso; por ello, cuando lo hacemos nos
perdemos la oportunidad de conocer la verdadera idiosincrasia del elemento que
simplificamos en una “cartulina”, cliché, o resumen.
Sostengo esta teoría, y al mismo tiempo considero aséptico realizar este procedimiento; y aunque el “etiquetar” nos pueda desdibujar la realidad
exacta, no creo que nos tengamos de avergonzar de que nuestra mente funcione de
esa manera.
Etiquetar no deja de ser una forma de
reconocer la realidad de una forma inmediata, simple y selectiva; y aunque
pueda resultar una actitud que nos lleva al prejuicio, posteriormente a ese
mecanismo mental siempre tenemos oportunidad de corregir la forma, color, o
tamaño que ponemos a cada una de esas “target-as”.
En el
ámbito de la publicidad, el anglicismo target,
se utiliza como sinónimos para designar al destinatario ideal de una
determinada campaña, producto o servicio.
No me gustan las etiquetas TOMAE, sé que me has leído allí y te pido de nuevo perdón aquí, pero de verdad me parece que la mitad de los males de la humanidad nos los evitábamos si dejáramos de etiquetar solo fiándonos de lo de fuera. La superficialidad nos consume y se empieza así, etiquetando al primer golpe de vista sin saber nada de nada ¿ qué realidad ves ahí? ninguna .. la de los prejuicios, la que te han contado otros, la que parece y casi nunca es. Un color te dice algo a parte de la raza ... no. Por ejemplo yo, aparentemente podría etiquetárseme de pija, de envoltorio, de cuna y de casi todo lo externo... por dentro no lo soy en absoluto ¿ me comprendes mejor ahora ? ;)
ResponderEliminarNo te vengües que aunque no te lo parezca estoy siendo buenísima contigo jaja...
Muchos besos, de corazón!
¡no tienes que pedir perdón! y sí, te he leído allí y por supuesto que aquí ... pienso que he argumentado sintiéndome "homus-economicus" (o consumista) y en ese sentido el "etiquetaje" se nos escapa pero no por ello allí está; y cierto es que frente esa escueta actitud, debemos rectificar. Solo pretendía decir que el etiquetaje nos pese o no existe.
EliminarGracias por venir, comentar y hacerme recapacitar.
Besos "etiquetados" en el mejor envoltorio y con fondo de buenas intenciones!!!
Las etiquetas limitan el alma y anulan todo aquello que aún está por decir (y decirse).
ResponderEliminarSi el amanecer tuviera etiqueta, no llegaríamos al crepúsculo con la sensación de haber vivido. Y vivir supone lo que supone...
Viajemos pues... sin etiquetas.
Besos.
De acuerdo! enmiendo la plana de la etiqueta y solo la menciono como una realidad que existe y debemos doblegar. Dicho sea de paso, me alegra verte en este o cualquiera de los viajes donde nos encontremos.
EliminarBesines !!!