Luz a través de unas rejillas ...

Había una luz que venía atenuada por las rendijas del techo, unas rejillas que estaban donde los conductos de ventilación, dijeron que bajo ese techo uno se podía resguardar de la lluvia y aunque el rincón estaba en la parte trasera y menos presentable del edificio, el lugar disponía de bancos para sentarse y vasos utilizados de café que hacían las funciones de cenicero.

Por allí, estaban algunos de paso; estaban unos y salían los de antes. En algún momento pensó que les podrían estar escuchando, y no es que se contaran cosas con sabor a prohibido, pero no le apetecía para nada dar cuentas a nadie, ni cuentas, ni cuentos, ni argumentos ...simplemente que disfrutaba del momento y la conversación.

No sabía si escuchaba bien lo que le decía, porque en algún momento paraba en seco el diálogo ... de todas formas no eran interrupciones, eran preguntas sueltas que se acomodaban a la charla y hacían entender que ésta era fluida; preguntas sueltas o interrupciones a destiempo que conformaban que si había alguna duda merecía la pena despejarla, o que si había algún detalle se hacía evidente que había prestado atención...

Hacía mucho tiempo que no habían hablado, y un día acordaron que se pondrían un poco al día de sus secuelas, "precuelas" y más asuntos de la vida que dos grandes amigos pierden porque han estado ausentes durante un tiempo. Encontrarse, fue como retroceder el reloj, no mirar ni atrás ni adelante, no preguntarse ni mucho menos pedir excusas ni explicaciones; encontrarse fue comprender y saber que aunque pasa el tiempo, el cariño siempre perdurará...