Vale que el que escribe poesía demuestra ser un “ingeniero” del diccionario,
y sí pueden ver en el proceso literario una suerte de ingenio y de composición
ordenada pues el escritor de poemas encuentra con sagacidad las palabras para
hacerlas rimar, contar en silabas, añadir ritmo y belleza al texto.
De todas formas, no creo que la poesía trate solo de esa “fortuita”
composición ordenada con las reglas de la métrica. Sino que quien escribe
poesía además de esa capacidad y conocimiento de la lengua, demuestra una
actitud a la hora de expresarse.
Actitud que tiene dos vertientes, la primera sobre cómo le
impacta al escritor el tema que le ha elegido para versar, tema que sin lugar a
dudas le llega por una cierta experiencia vivida y/o sentida (aunque también podría llegarle del
imaginario). Para ello, no solo hace falta una actitud para conectar con ese
tema, sino que es necesaria una determinada sensibilidad para que ese aspecto
llegue al corazón y a la mente (el poeta es un ingeniero de palabras) de una
forma más bien fuera de lo común. El poeta ha de tener el corazón abierto ante
los hechos, debe estar atento a sus sentimientos, y debe tener la mente (o la
pluma) lo suficiente diestra para
recoger aquello que siente de una forma
artística.
Una vez ha ocurrido el “flash”, por el que el poeta decide
publicar, en ese acto el escribiente, y aquí la segunda vertiente, debe tener
un gesto de desfachatez y también de valentía. Cuando digo desfachatez, no
quiero ser periorativo, sino que califico a la actitud de escribir y publicar
una especie de “sinvergüencismo” pues la publicación poética supone desnudez
del alma de quien escribe. Puede que quien escriba sienta el recelo de no
publicar por una especie de pudor al ser descubierto, por eso el escribir y
hacer público lo que uno siente de una forma tan afilada como puede ser un
poema, es también un acto de valentía e incluso de rebeldía.
Erase un caballo salvaje,
ResponderEliminarque del trote hacía traza,
sacando chispas doradas.
del golpeo de sus patas.
Fue que era una victoria,
de las palabras sobre las letras,
de la música tras el rayo,
de su alma ante las sombras.
Sin siquiera pensar,
un instante su murmullo.
Era un caballo salvaje,
quien le guiaba el destino.
Jo Driver, que bonito tu caballo salvaje.
EliminarErase que se era
ResponderEliminarque se era erase
Un eX que con la palabra
trabajaba del revés
cuando era del derecho
no sabía ni qué hacer
Llamaba a su hermano Driver
Para que escribiera bien
Luego gritaba a su primo
susurraba en cadaqués
y por último su eXa
desayunaba con él.
Bueno, muy bien no es que me haya quedado... pero a estas horas qué más quieres prenda mía ;)
BeXoXXXXXX (menores abstenerse plis)
Si vas a desayunar,
EliminarCon mi hermano, compañera,
Ve llenando con tesón,
Desde el fondo, tu cartera.
Pues el muchacho se pide,
Tres o cuatro tostadas,
Zumo natural,
Y un postre con mermelada.
Los cafés los toma a pares,
O bien "tallat" (cortado),
Mientras con la cuchara,
Hace juegos malabares.
El Rey del Bocata es,
Prefiriendo el chorizo,
Y mientras paga su Ex,
En la cartera,
Te hace un estropicio.
Jajajajajajaajja. Driver, me encantas de encantar, como los Principes encantados a las Princesas que son encantadas...aunque a veces besan ranas para desencantar, las Princesas digo, porque nunca en ningún cuento un Principe ha besado una rana (quizá debería ser un rano) del que saliera una Princesa encantada. El caso hecho o descaso por hacer es que me encanta de encantar tu poema.
Eliminar(Lease susurrado) (Gracias por el aviso, a la hora de pagar me iré a hacer pis) (shisssssssss no se lo digas a nadie)
Besos para mi Excñ ;)
No entiendo mucho de poesía, Tomae, lo mío es la narrativa -y eso es mucho decir-. Pero me da la impresión de que tienes un concepto un tanto idealizado del poeta y de la poesía: supongo que escribir en verso es, ante todo, una técnica, un oficio, como el que escribe narrativa. Todo eso del deslumbramiento, del flash, es hermoso, pero supongo que al final todo es un tema de sentarte ante una hoja blanca y aplicar lo que sabes para que salga algo hermoso.
ResponderEliminarSupongo, ya digo, porque mi reino no es de este mundo.
¿Quién fue el poeta, Tomae que dijo aquello tan acertado de «Todo es poesía menos la poesía»? Exacto: comparada con la vida, la poesía tiene mucho de artificio, pero y qué.
ResponderEliminar¿Rima, métrica…? Yo diría que, hoy, poesía es recrear, con descarnada musicalidad, un momento (o una vida) trascendiendo las propias palabras.
Y, entonces, nos sobrecoge el pellizco aunque sea sin rima, aunque sea sin métrica, aunque sólo sea con las palabras: Más, Lo, Empieza, A, Comprender, Serio, Uno, Tarde, Que, Iba, En, La, Vida… pero bien ordenadas:
«Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra».
Pellizco. Aunque sea mentira, qué más da.
Gil de Biedma, Lux. Mi hija ha hecho su trabajo fin de grado sobre sus Diarios, y, de rebote, voy leyendo yo su poesía, ya ves. A ciertas profundidades todos buscamos lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo