Al acabar la clases, los chicos de la ciudad de Dresde acostumbraban
a salir a la calle para echar el partido; cualquier excusa era buena para jugar y la mayoría de las veces tocaba fútbol. Si eras nuevo en la clase lo más seguro que te tocara estar en la
portería, la posición de delantero la tenias que ganar con el tiempo, bien porque llegaba otro "nuevo" o bien porque algún compañero te daba una pequeña tregua y te intercambiaba el puesto para que pudieras chutar al
balón. Aquella tarde, tras el encuentro, cuando Otto llegó a su casa había olvidado la chaqueta que hacía de poste
en esa portería; con lo que se quedó sin merienda y no tuvo galletas ni chocolate. Su madre le envió de nuevo a la calle sin
permiso de vuelta hasta que no encontrara esa prenda.
Pasaron un par de horas y ya caída la noche, Otto regresó a casa desconsolado y con frío porque no halló la zamarra, se temía un castigo. En su casa se encontró con Erika, la niña que se miraba a los niños
cuando jugaban. Erika había encontrado ese objeto perdido y en cuanto pudo se lo llevó a su amigo pues entre otras cosas pensó que habría sufrido una regañina.
Antes de acostarse, Otto metió la mano en el bolsillo de la chaqueta ... se encontró con un puñado de lilas y margaritas, (sabía que su amiga las había puesto allí). Aunque las flores estaban un poco marchitas, las atesoró guardándolas en la
página central de un libro que acostumbraba a leer antes de dormir y que le ayudaba a soñar con las maravillosas historias que
allí se narraban.
Los chicos de Coventry hacen más o menos lo mismo que los de
Dresde. Algún día la lluvia les dificulta que agoten el segundo tiempo del partido porque
en vez de jugar en medio de la calle, lo hacen en un solar donde el suelo se encharca fácilmente y dificulta que ruede el balón de forma "reglamentaria".
Y aunque Coventry llegara a ser la ciudad de más solares en
toda Inglaterra por las bombas que cayeron durante aquella otra Guerra Mundial ... no dejan de crecer lilas y margaritas en cualquier espacio al aire libre que quede en esa
localidad.
¿El partido? ¿resultado?
... ya faltan menos días para darnos la mejor de las treguas.
... ya faltan menos días para darnos la mejor de las treguas.
---
Recuerdo los partidos que tú y yo jugábamos de pequeños en la playa.
ResponderEliminarSiempre en equipos rivales, corriendo la banda y contabilizando los goles con orgullo y tesón.
...
Pero lo que recuerdo con mayor nitidez fue la final del campeonato de verano.
Tanta emoción y rivalidad que si alguien hubiera encendido una cerilla, aquello habría saltado por los aires como una bomba.
Los centrales de tu equipo te lanzaron un balón por la banda que te disputé en esa línea difusa del lateral, donde las olas convertían la banda en un territorio comanche de espuma y salitre.
El estacazo que nos arreamos fue el acabose, fracturándonos ambos el hombro derecho de manera contundente.
Caimos entre las olas, con la equipación deportiva empapada de Mediterráneo azul y un claro sabor a salitre romano en el careto.
...
No recuerdo el resultado.
Pero sí, que era lo de menos.
Pues yo ni recuerdo el resultado, ni el partido de fútbol, ni siquiera recuerdo que te haya visto jugar al balompié,...lo que si recuerdo es una playa, una playa de arena fina y unas huellas en la orilla que no había ola que borrara porque nos invitaban a seguir. Tú te distraías con las caracolas, yo seguí las huellas y recuerdo que así la conocí, era preciosa, el Creador no obvió detalles en ella para que compartiéramos la playa nosotros dos...ella y yo.
EliminarDesde entonces ni te recuerdo, ni sé quién eres ... ´¿Estás seguro que no te has equivocado de blog?
Suerte Chico, juega con las caracolas.
Observo con sorpresa tus olvidos.
EliminarNo has cambiado, sigues acordándote sólo de lo que te interesa, de aquello que el Creador tuvo a bien poner en tu campo de visión para tu solaz y esparcimiento. Tus vetustas neuronas tan sólo son capaces de recordar la belleza y la gracia de ciertas creaciones sublimes de la naturaleza.
No te lo reprocho.
Me parece de una sinceridad contundente.
Tan llena de verdad y energía como aquellas pisadas que ambos dejabais sobre la arena mojada.
Tan firmes, que aún hoy son perfectamente visibles.
...
Al amanecer y hacia Levante.
Con el viento sobre la cara.
A mi me has devuelto a las tardes de mi niñez; también yo merendaba pan con chocolate y también ocupaba las tardes en jugar con mis hermanos al fútbol o a lo que ellos mandasen, que pare eso era yo la pequeña...
ResponderEliminarBonito y poético final
plas plas plas
Besos, muchos.
Gracias Luisa .. a medida que aparecen comentarios voy descubriendo la cantidad de niñas que jugaron al futbol, yo lo he intentado con mis pequeñas y parece que no chuta bien el asunto, aunque tb te he de decir que yo no soy mucho del balompié.
Eliminar¡te he llamado Luisa! ...debe ser que se acerca la Navidad ¿? Bss!!
Bueno, bueno, bueno, pues excepto un par de cosillas que has olvidado, despistado o que no te ha dado la gana, el resto me vale.
ResponderEliminarBonito texto que nos recuerda y nos regala reminiscencias de la niñez casi olvidada, dónde los postes eran las chaquetas, abrigos o simples rayas en el suelo.
Mañana será el día en el que me preguntes ¿qué? ¿Qué? Qué? Y yo no te conteste nada porque estaré dormida.
Besitos con Mi cariño querido Ex.
Más bien lo llamaría pereza mental (en lo de reescribir) y sobre las preguntas de lo que me he dejado ... lo dejo :) . La raya en el suelo para una portería -al menos para el poste- siempre había sido una fuente de conflictos para esos goles "in extremis" ...
EliminarEspero no olvidarme nunca de que fuimos niños ...estoy convencido que los soldados esos del video (fue un hecho real) tampoco lo olvidaron.
Bss!!
Preciosa historia Tomás.
ResponderEliminarEs cierto que de un sólo vistazo, las primeras líneas nos llevan a esos partidillos que hacíamos con mi hermano y sus amigos, sobre todo en verano, poniendo dos piedra a modo de poste (tal y como recordaba Marina).
Esos recuerdos que ahora vemos reflejados en nuestros hijos, cuando los ves en una situación similar ...
Gracias,
Silvia
Gracias a ti por pasarte Silvia ... y por calificar a la historia así, Sé que conoces el anuncio y ya te digo que en cuanto lo vi (hace un par de semanas) tenía que cederle un espacio en el blog ...Siempre he pensado que Navidad es una época de tregua y que la más importante de ellas es la que nos podamos dar a nosotros mismos.
EliminarUn beso.
Qué bonito, Tomae.
ResponderEliminarSi me permites la cursilería: ojalá en estos días crezcan lilas y margaritas en los solares de nuestro corazón, haya habido o no bombardeos.
Hola Fernando, Gracias por pasarte y por "brindar por esos deseos" que por supuesto se te están permitidos. Últimamente pienso en eso ...en el corazón del hombre, donde sí bien bombardea lo que el corazón tiende a bombardear (llámale x) siembre hay un resquicio donde ansía querer brillar, sea en forma de margarita, lila o diamante.
EliminarUn abrazo.