No escumes tus babas de cocodrila en mi camisa arrugada.
Pues ya está planchada almidonada, y plisada.No la escumes, trágate tu saliba - medicina.
Y te lo digo en orden, planchda, almidonada y plisada.
Me dirás que no puedo caminar
con tus zapatos de tacón puntiagudo
que tus andares jamás podré emular
pisando asfalto, en ángulo agudo.
.
Andares que son pesares, entre queja risa y lágrima
de mi andar torcido, te reías...
No escumes más, babosa, más que babosa.
Si yo era peregrino en tus andares...
y perdí la jugada,
al final comprendí que resultó ser peligrosa, peligrosa y babosa.
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